OPINIONES


Educación superior

Hasta los años cuarenta Quito tenía un solo centro de estudios superiores, según nuestros cálculos. Nada menos pero nada más que la Universidad Central del Ecuador. Algo así como una fábrica de doctores, con sus altos y bajos, originada en 1621 y confirmada -con ese nombre- en 1836, por el presidente Vicente Rocafuerte en persona. Allá por 1946, en tiempos de Velasco Ibarra, apareció, en una casa del centro, cerca de la plaza de Santo Domingo, la Universidad Católica, con los jesuitas Espinosa Pólit y el doctor Víctor Hugo Bayas Valle a la cabeza. Pocos años antes, un socialista -Emilio Gangotena- realizaba esfuerzos, finalmente fallidos, para impulsar la Universidad Llamarada. Lustros más tarde, especialmente luego de que el Ecuador se convirtió en país petrolero (1972), cambió el panorama y brotaron universidades de los más diversos niveles y categorías. Fue en número tan alto que en los últimos años, especialmente durante este período gubernamental, surgió un justificado afán por exigir mayor calidad, mejores profesores y menor afán de ganancias. Solo en Quito nos vienen a la memoria -a más de la Central y la Católica- la Politécnica Nacional, la San Francisco (cuyo rector es Santiago Gangotena, hijo del socialista que intentó la 'U' Llamarada), la 'U' de los Hemisferios, la UDLA, la Internacional, la UTE, Sek, Salesiana, Pérez Guerrero, Israel. Perdón si se nos escapa alguna. Se habla de que en el país hay 86 extensiones universitarias. Total, un tema importante al que se unirá la Ciudad del Conocimiento Yachay, con toda una serie de promesas e ilusiones. Últimamente surgió el tema -problemático hasta ahora- de las jubilaciones y sus reemplazos en las universidades. No faltó un inesperado choque entre el rector de la Central, Édgar Samaniego, y René Ramírez, el gran jefe de la educación superior. Samaniego quiere que baje el ritmo de las jubilaciones a los catedráticos universitarios. Los directivos, bajo el mando de Ramírez, decretaron la jubilación a los 70 años y el Rector dice que afronta ya 300 vacantes y luego vendrán otras cientos. Algo muy importante y delicado es el tema de los reemplazos. La oferta oficial es llenar los vacíos mediante el programa "Prometeo viejos sabios", en buena parte con profesores extranjeros y PhD por añadidura. Muy bien, pero ¿será posible tanta belleza? Hay una circunstancia interesante, que cabe poner de relieve. Todas las partes -el jefe Correa, el capo Ramírez, el rector Samaniego- quieren el mejoramiento de la educación superior ecuatoriana. Todos queremos que eso suceda. Pero hay una pregunta en marcha: ¿No se quiere ir muy rápido? ¿No es una tarea que requiere preparativos, plazos, planes? Bien por todos los avances. Pero que un ciudadano tan calificado como don René no se enoje cuando le visite una marcha pacífica.

Este contenido ha sido publicado originalmente por Diario EL COMERCIO en la siguiente dirección: http://www.elcomercio.ec/jorge_ribadeneira/Educacion-superior_0_896910402.html. Si está pensando en hacer uso del mismo, por favor, cite la fuente y haga un enlace hacia la nota original de donde usted ha tomado este contenido. ElComercio.com


Por qué no debaten sobre la universidad ?




La universidad ecuatoriana tiene grandes desafíos y necesita cambios para mejorar la calidad, con la que se coincide, pero no pueden ser desoídos si no se tiene el pensamiento claro de esta problemática ni se reforma la Ley Orgánica de Educación Superior. Si no se establecen con nitidez los reglamentos, según quienes han estado vinculados por décadas a estos procesos. Además de contar con cuarto nivel y hasta PhD han tenido la oportunidad de acumular vasta experiencia en la docencia y la investigación. No son improvisados ni principiantes en la dirección de grandes temas académicos. Tampoco se puede imponer modelos que funcionan en otros países pero con condiciones y realidades diferentes. Con la aprobación y puesta en vigencia de la nueva Ley de Educación Superior en octubre del 2010 se establecieron plazos y exigencias que resultan en la práctica muy difícil de cumplir, que ha complicado el desarrollo de las actividades universitarias. Uno de ellos, la jubilación de profesores pero sin una transición ordenada. Tanto se habla de la exigencia del título de PhD pero si bien es un requisito fundamental y necesario no garantiza el desempeño en la cátedra. A este requisito debe sumarse la capacitación pedagógica y la formación personal y en valores. ¿Cómo pueden las universidades realizar labores de investigación si no organizan programas de doctorados? ¿Van a poder cumplir con el 70% de PhD entre sus profesores en cuatro años si hoy ni siquiera pueden llenar las vacantes producidas? ¿Cómo se articula la educación media y la educación superior, que la propia Constitución exige? ¿Cuáles son los procesos articulados para avanzar con una reforma? Si esta problemática no se debate dentro o fuera de los predios universitarios qué se puede esperar del resto de sectores. No se trata de boicotear procesos de cambios en el sector educativo -necesarios en esta era- pero no se puede imponer las cosas verticalmente. Son los centros de pensamiento en donde debieran debatir las máximas autoridades del sector no solo sobre estos temas sino los grandes problemas nacionales, regionales, continentales y mundiales .
Este contenido ha sido publicado originalmente por Diario EL COMERCIO en la siguiente dirección: http://www.elcomercio.ec/miguel_rivadeneira/debaten-universidad_0_897510326.html. Si está pensando en hacer uso del mismo, por favor, cite la fuente y haga un enlace hacia la nota original de donde usted ha tomado este contenido. ElComercio.com






Gobierno














No hay comentarios:

Publicar un comentario